Entrevistado por Milagros Aguirre
Diario El Comercio, 21 de abril de 2002, C8
¿Cómo va Raúl Vallejo, de la palabra literaria a la opinión?
La palabra literaria y la palabra del periodismo de opinión están en mí desde los años escolares y las he practicado, profesionalmente, durante toda la vida.
¿Cómo define a la opinión pública?
Un conjunto de voces divergentes.
En lo técnico, ¿cómo o qué requerimientos tiene un editorial, a diferencia de un texto narrativo? ¿Cuánto de literario tiene el artículo de opinión?
Considero al artículo de opinión como una forma de ensayo literario que requiere de una estrategia argumentativa y, simultáneamente, de una voluntad de escritura literaria. El artículo de opinión, por su brevedad, debe plantear una idea básica sobre un determinado tema y sostenerla desde los principios, las posiciones académicas, y los datos. Desde la escritura literaria, me parece que el párrafo introductorio del artículo de opinión debe ser atractivo, captar la atención de nuestro hipotético lector y el párrafo final debe sostenerse en la “contundencia de estilo”.
Hay literatos que dicen que su único compromiso es con la literatura. Otros, que su compromiso lo reflejan en opinión. ¿Cómo define usted el compromiso?
Soy un escritor de literatura y vivo comprometido con ella. Sin embargo, no rehuyo la función de intelectual. El compromiso radica, entonces, en una de las formas de la práctica de la ciudadanía democrática que es el ejercicio del criterio.
Usted habla de tareas para una ciudadanía democrática. ¿Cuáles serían?
Pensar críticamente los procesos sociales y políticos, comprometer éticamente nuestra palabra pública y contribuir con modestia y solidaridad a la apertura de espacios para que otros puedan decir su propia palabra cuando carezcan de canales de expresión institucional.
¿Es el editorial una forma de poder, de contrapoder? ¿Qué efectos tiene el espacio editorial?
Un editorialista es una voz que contribuye, junto con otras voces que participan en el debate nacional, al desarrollo del discurso crítico. Es parte de la construcción de la memoria social. Su poder reside en la complejidad crítica que desarrolle su palabra.
¿Qué valores encontró en “El regreso Padrino” a la hora de decidir enviarlo a un concurso?
Cuando el artículo salió publicado recibí algunas llamadas y mensajes electrónicos de amigos que encontraron en el artículo dureza argumentativa, contundencia de estilo, y pertinencia política. Esas opiniones fueron las que me animaron a enviarlo.
Raúl Vallejo tiene, en su currículum, varios concursos ganados. ¿Qué significa ganar?
Me hace sentir que mi proyecto de escritura, de alguna manera, funciona. Al mismo tiempo, creo que mi palabra, ética y estéticamente, se compromete más. También es la explosión de la fiesta con la familia y los amigos. Y, pasada la brevedad de la fiesta, es enfrentar de nuevo el miedo a la “página en blanco”; claro que sin la inocencia de la primera vez pero con el espíritu abierto para empezar otra vez desde cero.