El martes 30 de octubre, en la Casa de Poesía Silva, a las 18h30, Raúl Vallejo ofreció el recital «Autorretrato, modelo 1959», basado en textos de su poemario homónimo, que será publicado en junio del próximo año. Esta es la segunda vez que Vallejo se presenta en la Casa: la primera, tuvo lugar el 18 de noviembre de 2014, cuando leyó textos de sus poemarios Cánticos para Oriana, Crónica del mestizo, Missa solemnis, y de Mística del tabernario, libro que entonces aún estaba inédito.
Pedro Alejo Gómez, director de la Casa Silva, realizó la presentación del acto. Durante la misma, leyó la carta de candidatura de El perpetuo exiliado al Premio RAE 2018, del que la novela se hiciera acreedora en octubre. Dicha carta fue firmada por el mismo Pedro Alejo Gómez, en su calidad de miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua.
Vallejo empezó el recital con el poema «Soy un hombre prescindible», contra punto del conocido texto de Brecht que es un elogio a los hombres imprescindibles para la lucha política. La segunda estrofa del poema de Vallejo dice: «Me siento prescindible; me duelo, cual Vallejo, / de mis húmeros. Desdeño el martirio del fanático, / las arengas ciegas, desfiles militares; el mesiánico / ombligo, dogmas terrenos; el bíblico patriarcado».
Vallejo, que considera a su próximo poemario como un libro celebratorio de sus sesenta años, leyó textos relacionados con la memoria familiar; poemas de la sección «Baladas para Aldonza» en la que el yo lírico es protagonizado por mujeres como Zenobia Camprubí, Manuela Sáenz, Mathilde Mauté, entre otras; asimismo, textos que hablan del siempre inasible instante amoroso mezclado con la mítica perla de Guayaquil. El recital terminó con la lectura de varios poemas que testimonian su experiencia vivencial en Colombia, y que son parte de Mística del tabernario, entre ellos, un «favorito» de la audiencia como Elogio de la belleza de la mujer colombiana.
Al final, el público que copó el auditorio de la Casa de Poesía Silva despidió a Vallejo con un prolongado y afectuoso aplauso.
Foto superior: El autor junto a Pedro Alejo Gómez