«Es una novela que fluye y atrapa a sus lectores; una novela que se lee con gusto», dijo Pablo Salgado durante la plática de presentación de Gabriel(a), el sábado 26 de octubre, en Libri Mundi, en Quito. Por su parte, Alicia Ortega, empezó su intervención ubicando esta novela en el conjunto de la obra de Vallejo. «Se trata de una temática que el autor ha venido trabajando desde 1992, en su cuento “Te escribiré de París”, cuento de Fiesta de solitarios».
Alicia Ortega le preguntó a Vallejo sobre su acercamiento al tema y éste respondió que en 1986, realizó una investigación periodística sobre los primeros casos de SIDA en Guayaquil y tuvo acceso a once expedientes y pudo entrevistar a un par de personas que padecían el síndrome. Vallejo recordó de qué manera, a raíz de la muerte de Rock Hudson en 1985, el conservadurismo norteamericano posicionó un lenguaje de guerra utilizando el SIDA como una metáfora apocalíptica para atacar a la comunidad GLBTI.
«En ese entonces, dando continuidad a la idea de Susan Sontag en La enfermedad y sus metáforas, escribí «Sida: metáfora apocalíptica». Recuerdo que, después de publicada la investigación quedé, de alguna manera, “marcado” y entré en una suerte de “cuarentena”, pues yo había estado “en contacto con la peste”. La ignorancia genera miedo y el miedo es la base en la que se asientan los prejuicios».
Vallejo contó que ese fue el comienzo consciente de su relación con el tema. Después, a comienzos de los 90, en La Mariscal, en Quito, hubo una serie de asesinatos transfóbicos y así fue como nació “Te escribiré de París”. De ahí, Vallejo tomó el espacio de “Socios”, y al personaje de Pepe Bruno. Alicia Ortega destacó, finalmente, el proceso de creación de las voces de la novela: la de la propia Gabriela, Yazmín, Miguel y Pepe Bruno.
Pablo Salgado, en otro momento de su intervención, señaló que «Gabriela es un personaje que convence a sus lectores y que se hace querer». Salgado también comentó la pertinencia y actualidad de la novela en medio de una sociedad que todavía tiene rezagos pacatos y excluyentes frente a la población GLBTI. Vallejo comentó que la aprobación del matrimonio civil igualitario es un gran avance en la lucha por el reconocimiento de la diversidad sexual. «Pensar que, en nuestro país, recién a fines de 1997, la homosexualidad fue despenalizada. En ese entonces, recordó, publiqué un artículo titulado «Los prejuicios detrás del 516» que reflexionaba sobre aquel artículo del viejo Código Penal decía: «En los casos de homosexualismo que no constituyan violación, los dos correos serán reprimidos con reclusión mayor de cuatro a ocho años».
El conflicto de la novela tiene que ver con el enfrentamiento y la lucha cotidiana de Gabriela a los prejuicios sociales, sexuales, culturales, de una sociedad que, siempre dispuesta a condenar al otro, se fabrica un “enemigo”, señalándolo como “el bárbaro”, igual que en el poema de Cavafis, “Esperando a los bárbaros”. Finalmente, lo que anhela Gabriela, como en el canto de Víctor Jara, es “el derecho a vivir en paz”.
En la foto superior, de izquierda a derecha: Alicia Ortega, Raúl Vallejo y Pablo Salgado.