La revista Rocinante, llamada la gran revista bonsái de los lectores, nació en noviembre de 2008 y fue presentada en la Fiesta Internacional de la Cultura y el Libro de aquel año, ha llegado a su número 200. En este número celebratorio, como una primicia, Rocinante ha publicado el cuento de Raúl Vallejo «De la aprendiza y del bien morir», que ganara el primer premio del VI Certamen Internacional de Cuento Corto de la Casa Regional Castilla-La Mancha.
En 2008, el director fundador de Rocinante, el escritor Iván Egüez, escribió: «Somos incorregibles ante los desafíos. Es que nuestra experiencia obedece más bien a una juventud acumulada. Sin embargo, el crear esta revista ha supuesto una dosis de meditada decisión porque no depende totalmente de nosotros […] con esta revista, queremos compartirles la información y las singularidades del mundo del libro y la lectura, de los autores, libreros y editores, temas de conversación amena que les afirmarán como líderes de opinión en sus respectivos círculos sociales, laborales, familiares».
El número 200 de Rocinante, que ha circulado en este mes de junio, presenta dos libros del mes: una antología de poemas de Antonio Preciado titulada Yo y mi sangre, sobre la que Edgar Allan García comenta en la revista, y la selección Poesía negra, hecha por el mismo García. Incluye, entre otros artículos, un homenaje al bailarín Kléver Viera (1954-2025), una semblanza del papa Francisco a cargo de Javier Cercas, un análisis de las novelas paradojales de Jon Fosse, el cuento «Au sable», de Joyce Carol Oates, una reflexión sobre la narrativa de Juan Carlos Onetti, por Abdón Ubidia, y una mirada personalísima y profunda de Fernando Tinajero sobre el primer cuarto de siglo al que llama el tiempo de la duda.
La revista Rocinante, dedicada a los libros y sus amantes, es un referente obligado para quien investigue la producción literaria del Ecuador en el primer cuarto del siglo veintiuno, pues en sus páginas han sido entrevistados quienes escriben la literatura de nuestro tiempo y se han comentados cientos de libros publicados. En un artículo de su número 200, a manera de reflexión editorial, se dice:
«Rocinante ha querido, así, ser el lugar donde quienes se interesan por la literatura, la cultura escrita y sus relaciones con otras formas artísticas, puedan encontrar posibilidades de conversa y aprendizaje, además de obras, referencias y reflexiones que nutran su curiosidad lectora. Esta intención abarcadora ha implicado tratar de acoger —como el inagotable universo de los libros— una diversidad de voces, géneros y genera- ciones; desmarcándose de la crítica académica, ha buscado incluir referencias de lo más heterogéneas sin profundizar en valoraciones teóricas sino apuntando a que todo aquel que ingrese a estas páginas, dé con algo preciso para su gusto y le invite a proseguir sus búsquedas. Quizás, la sensación al leer Rocinante se asemeje más al sosegado recorrido por una feria de libros que a la escucha de ponencias y monografías sobre temas específicos».