Artículos – Periodismo de opinión
In memoriam
El Comercio, 17 enero 2004
Mi mamá murió el sábado pasado. Ni la médica de la ambulancia que la condujo de la casa al hospital, ni los médicos del servicio de emergencia, pudieron hacer nada a pesar de que hicieron todo lo que su ciencia les ha enseñado. Al 10 de enero, ella tenía 78 años y medio, un corazón que decidió prolongar en la eternidad la paz que fue su existencia y un rosario de pétalos de rosas en las manos. Esa mañana, antes de desayunar con mi esposa y conmigo, mamá había leído, según la señal que encontré en su Biblia días más tarde, recostada al respaldar de su cama, el Salmo 39: “Señor hazme saber mi fin y cuánto va a durar mi vida, para que sepa cuán frágil soy”. Creo que por la fe que tenía ella estaba, como ninguno de nosotros, totalmente consciente del sentido transitorio de la vida y de que ningún oropel nos acompaña en el último viaje.
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