«En Gabriel(a), el ritmo se vive al calor de la cultura pop, desde la referencia al traja de Uma Thurman en Kill Bill, pasando por la imagen el niño bien machito que creció disfrazándose de G.I. Joe, hasta la idea del amor inspirada en Pretty Woman o los pósteres de películas taquilleras que tapizan las paredes de Socios», señaló José Miguel Cabrera Kožíšek, editor de Cartón Piedra, revista cultural de El Telégrafo, durante la presentación de la novela de Raúl Vallejo, en Casa Morada, de Guayaquil.
El conversatorio sobre Gabriel(a), ganadora del premio de novela breve “Miguel Donoso Pareja”, se llevó a cabo el miércoles 26 de junio, y también contó con la participación de Mariasol Mite Galarza, presidenta de la Coalición de Mujeres Trans del Ecuador.
Mariasol Mite, que atiende la coordinación de atención al usuario en el Hospital Guasmo sur, de Guayaquil, contó la manera cómo en su lectura fue identificándose de manera personal con la historia y el drama de los personajes de la novela. Ella misma aparece en las páginas de Gabriel(a), en el capítulo XII, “Transeúntes del arcoíris”, cuando Gabriela comenta a sus compañeros de la marcha del Orgullo 2017, «Estoy fascinada con la designación de Mariasol Mite Galarza, / activista trans, en el Consejo Nacional por la Igualdad de Género. / En su casa hay un altar del Divino Niño, rodeado de flores / amarillas, frutas y miel, y Él la protege contra los odios y sus dagas. / Algún día presidirá el Consejo, porque está preparada para aquello».
José Miguel Cabrera también señaló que «todo el tiempo, la novela nos está recordando lo difícil que es la vida de la gente que transiciona, y lo dolorosa que pueden ser las palabas, por más bienintencionada que sean, de la gente a la que se quiere. Es ese el principal conflicto que tiene Gabriela. Acostumbrada a no dejarse maltratar, siempre está discutiendo con Miguel [hombre blanco y heterosexual, su pareja], quien la aconseja —por su bien— que sea más tranquila. Ocurre cuando hablan de los tipos de la camioneta o del día que ella ya no puede más con las bromas y los abusos de sus compañeros y monta en cólera en su trabajo».
Mariasol Mite ofreció un emotivo y profundo testimonio de la tremenda lucha personal que ha tenido que librar por conseguir no solo su propia identidad sino el reconocimiento de una sociedad prejuiciada. Comentó que, recientemente, tuvo que enfrentarse a la maquinaria burocrática de la universidad en la que se graduó para que le cambien la nominación de su título profesional, pues ella no es “Licenciado en Marketing”, sino “Licenciada en Marketing”. Para ello tuvo que llevar su reclamación legal hasta la más alta instancia de la Senescyt. Este es un ejemplo de la discriminación cotidiana y de la lucha permanente de las mujeres trans.