La novela como juego hipertextual

La novela como juego hipertextual

Discurso de incorporación como Miembro de Número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua

Quito, 25 de marzo de 2021

 

Enhebradas en la tradición hipertextual del Quijote existen algunas novelas ecuatorianas, de entre las que he escogido cinco por considerarlas representativas para las líneas de análisis del presente trabajo.  He comenzado el recuento con ese singular hipertexto del siglo diecinueve que es Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, de Juan Montalvo (Ambato, 1832 – París, 1889). Capítulos es una novela que parte de una profunda reflexión crítica sobre el Quijote y logra, en el texto, la reconstrucción del lenguaje cervantino, la ampliación de sus aventuras con una discreta referenciación local y la recreación del propio don Quijote enfrentado a sí mismo. Luego, doy un salto temporal para hablar de Y no abras la ventana todavía, de Sonia Manzano (Guayaquil, 1947), una novela referencial sobre el mundo literario de los 80 y la función erótica del lenguaje. Después, comento El Pinar de Segismundo, de Eliécer Cárdenas (Cañar, 1950), una hilarante historia protagonizada por novelistas, poetas y artistas ecuatorianos empeñados en una conspiración político-literaria contra Gonzalo Zaldumbide. Continúo con La desfiguración Silva, de Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988), que, desde una mirada contemporánea, trabaja la estructura texto sobre una cineasta tzántzica, creada por unos jóvenes cinéfilos, como si fuera una pieza de arte conceptual. Finalizo con Nunca más Amarilis, de Marcelo Báez (Guayaquil, 1969), una novela que construye la vida y obra de Márgara Sáenz, una poeta inventada como una broma literaria por tres escritores peruanos, y que, por su original, destreza, y profundidad escrituraria parecería clausurar el juego metaliterario al respecto.

 

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