Raúl Vallejo fue el invitado por al Universidad de La Laguna, en Tenerife, Canarias, para ofrecer, el viernes 18 de octubre de 2024, el discurso de clausura de cuarta edición del Campus América que, en esta ocasión, estuvo dedicado a Ecuador. En la página web de la universidad se reseña la intervención de Vallejo diciendo que el autor puso de manifiesto el racismo arraigado desde la propia fundación del país, en 1830. Se resalta que la ponencia ha sido profusa en ejemplos de la literatura ecuatoriana y referencias históricas. A continuación, un resumen de la reseña de la página web:
Vallejo puso como ejemplo el fallecimiento, hace una semana, de Baltazar Uscha, el último “hielero” que bajaba bloques de hielo desde la cima del Chimborazo para venderlos en el mercado de Riobamba, que fue recibido en redes sociales con muestras de tristeza y solidaridad algunas de las cuales son simple “postureo”, porque contrastan con el desdén generalizado que en su país se dedica los indígenas.
Vallejo relató las múltiples revueltas indígenas contra terratenientes criollos, primero, y gobiernos contemporáneos. Hay crónicas sobre la dureza con la que estos alzamientos populares eran reprimidos desde principios del siglo XIX y todavía persisten, casi siempre con el problema de la propiedad de la tierra y los derechos de las comunidades originarias como trasfondo.
Así, Vallejo, expuso crudamente que, si bien la Constitución de Ecuador de 2008 ya consagra la plurinacionaliodad del estado y el reconocimiento a la cultura indígena, esa voluntad plasmada en la legalidad no se ha trasladado a la vida diaria. “Mientras el indio es folclore, todo vale; pero cuando se manifiesta como un sujeto político, se vuelve peligroso”.
La situación no es, pues, nada nuevo, y su denuncia cuenta con avales tan sólidos como el de James A. Robinson, uno de los ganadores del Premio Nobel de Economía de este mismo años, que en una reciente entrevista señalaba que la pobreza y la desigualdad están arraigadas en el colonialismo y la explotación de los indígenas. Algo que, como reflexionó Vallejo, no dista mucho de lo dicho por Guamán Poma de Ayla aproximadamente cinco siglos antes en su celebre misiva a Felipe III, en la que recordaba al monarca que “España no es nada sin el indio”.
El discurso de Vallejo reunió, en suma, la doble dimensión política y literaria que ha caracterizado su propia trayectoria intelectual y vital. Una intervención que también fue una lección sobre la tradición literaria ecuatoriana, un recorrido histórico sobre la discriminación contra los pueblos indígenas, y un clamor por que su país afronte, por fin, la necesaria conciliación entre el estado y los pueblos originarios.
En la foto: Raúl Vallejo en el paraninfo de la Universidad de La Laguna durante su disertación el viernes 18 de octubre de 2024.
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