Con motivo del aniversario cincuenta de la primera edición de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, el Parlamento Andino organizó, el 28 de abril, un conversatorio con la presencia del escritor samario José Luis Díaz – Granados, el periodista y poeta sahagunense Gustavo Tatis Guerra, y el escritor ecuatoriano Raúl Vallejo. Luego del conversatorio fue inaugurada la muestra pictórica de homenaje a Macondo, del artista tolimense Gildardo Rengifo. Asimismo, el acto contó con la presencia del alcalde de Aracataca, Pedro Sánchez.
El acto se abrió con la bienvenida del secretario general del Parlamento Andino, Eduardo Chiliquinga, quien destacó la tarea cultural de la institución, que, el año pasado, también rindió homenaje a García Márquez con un conversatorio sobre Bolívar y El general en su laberinto. Enseguida, el alcalde de Aracataca, Pedro Sánchez, recordó el paseo por la ciudad realizado por el novelista e instó a las autoridades del Colombia a prestar atención a las necesidades de desarrollo del pueblo del Nobel colombiano.
Gustavo Tatis comenzó recordando una entrevista que hizo años atrás a García Márquez y la tarea que le fue encomendada: encontrar el letrero que señalaba la existencia de Macondo. No encontró el letrero pero sí el árbol de nombre Macondo, que habían regalado al escritor, y que estaba sembrado en la casa del Nobel ubicada en Cartagena.
Dada su relación familiar y su cercanía, José Luis Díaz-Granados, primo del Nobel, relató que García Márquez, que amaba ser periodista, fue el primero que quiso ser solo y únicamente un escritor de literatura; aunque tuvo una pasión no tan secreta: el cine. Díaz Granados publicó, en 2015, Gabo en mi memoria, un libro testimonial de su relación con el Nobel.
“Cien años de soledad camina entre el humor mamagallista y la soledad sin alma de la política hecha guerra”, empezó diciendo Raúl Vallejo, que analizó los dos últimos capítulos de la novela, entendidos como una expresión lúdica, que muestra a un García Márquez, ficcionalizado, amigo de Aureliano Babilonia, que irrumpe en la novela para compartir los amores de Nigromanta con Aureliano.
El conversatorio continuó por aproximadamente dos horas; luego, fue inaugurada la muestra de homenaje a Macondo, del artista plástico Gildardo Rengifo.
Al final, el artista plástico Antonio Caro, famoso por su obra irreverente y conceptual en Colombia, comentó, entre risas, que nunca le había parecido tan interesante un coloquio y que las exposiciones lo hicieron “reconciliarse” con “lo académico”.
En la foto superior: De izquierda a derecha: Gildardo Rengifo, Eduardo Chiliquinga, José Luis Díaz – Granados, Gustavo Tatis, Pedro Sánchez y Raúl Vallejo.