A desmitificar la historia

Entrevistado por Carlos Jijón
Diario Hoy, Quito, viernes 9 octubre 1998.

El diputado Rene Yandún, de la Izquierda Democrática, dijo que primero esta la Patria y después el desarrollo economito. ¿Está de acuerdo?

No, de ninguna manera. Creo que mas bien la Patria y la dignidad tienen que ver con la construcción de un país en donde exista esperanza para los ciudadanos. Y que por sobre las dignidades humanas concretas no pueden estar las dignidades abstractas de los conceptos. Creo que, como la representación de la ID esta centrada en un héroe del Cenepa co­mo Paco Moncayo, juega mucho su posición subjetiva. Es respetable. Pero en vez de permitir salidas al empantanamiento de la negociación territo­rial, mas bien entorpece el proceso.

¿Considera que Paco Moncayo y Rene Yan­dún representan más a las Fuerzas Armadas que a los electores?

A mi me parece que re­presentan a un sector de las Fuerzas Armadas. Desde el punto de vista humano, entiendo que estimen contraria a los intereses del país cualquier negociación distinta de la ellos consideran correcta. Pero, obviamente, el Gobierno no solo debe considerar esos sentimientos subjetivos, si no las necesidades de nuestro país de establecer sus fronteras y fijar las bases para mirarnos realmente como somos. Además, de hacer posible que nos desarrollemos en paz, que es lo que nos interesa legar a nuestros hijos.

Jaime Nebot comparó la disyuntiva Tiwintza-desarrollo con que un padre regale un hijo para mejorar su situación económica.

Se juega demasiado con las frases altisonantes. Es no querer ver que todo símbolo puede ser reinterpretado.

Después de tantos años de discrepancias ideológicas, ¿cómo ve que el PSC y la ID puedan coincidir en no ratificar el acuerdo limítrofe al que pueda llegar el Gobierno?

Me parece una irresponsabilidad del Congreso no entender que el Gobierno está agotando todas las posibilidades por lograr el mejor acuerdo posible. Me pa­rece que las coincidencias, más que partidarias, son personales.

Febres Cordero pertenece a una generación que siempre ha sostenido esto. Es obvio que coincida con Moncayo. Pero si el Congreso no ratifica el acuerdo al que llegue el Gobierno, estaríamos enviando la señal equivoca de que preferimos la guerra.

¿Considera  que el Ecuador debe revisar su Historia?

Es urgente revisar nuestra propia historia con ojos más críticos y con una tendencia desmitificadora. Enseñar que tuvimos el tamaño del Tahuantinsuyo es como que Italia diga que fue el imperio romano y que ha quedado reducida a la bota. Los procesos de construcción de la nación son complejos. Y hay que entender que lo que hoy definimos como Ecuador no equivale necesariamente a la realidad de 1830. Hay que intentar construir un país que se mide a si mismo, no en función de su tamaño sino de su identidad.